El BCE está dispuesto a subir tipos ya en el tercer trimestre
La alta inflación de la eurozona y la necesidad de atajarla divide a los miembros del Banco Central Europeo. Algunos de los miembros del BCE ya estaban en marzo a favor de concluir, durante el verano, las compras de deuda para aclarar el camino hacia una subida de los tipos de interés en el tercer trimestre. Sin embargo, otros se mostraran a favor de adoptar una postura de esperar y ver debido a la elevada incertidumbre que ha creado la guerra en Ucrania.
Según se desprende de las actas de la reunión del 10 de marzo, publicadas este jueves, algunos miembros del Consejo de Gobierno de la institución europea consideraban que mantener la opcionalidad respecto a las compras de deuda tendría sus costes. «Algunos miembros prefirieron establecer una fecha firme final para las compras de activos (APP) durante el verano y no hacer esa fecha condicional a eventos en desarrollo», explica el BCE en las actas.
«Esto podría aclarar el camino para una posible subida de los tipos de interés en el tercer trimestre de este año, en vista del deterioro de las perspectivas de inflación», según el documento del BCE. Por ello, algunos miembros de la institución consideraron que preservar las opciones respecto a las compras de deuda «no era algo sin costes», especialmente al considerar el riesgo de quedarse rezagados.
La guerra implica «un cambio considerable en la imagen macroeconómica desde la reunión de febrero y los escenarios alternativos sugirieron que la zona del euro puede caer en una recesión técnica en los trimestres de verano», añade el BCE en las actas de la reunión de marzo.
Reducción del balance de la Fed
Las conclusiones de la última reunión del BCE se conocen horas después de que se publicasen las de la última cita de la Reserva Federal de Estados Unidos. En ella, la Fed abrió la puerta en su última reunión de política monetaria, celebrada en marzo, a una reducción de su balance de activos por valor de 95.000 millones de dólares (87.188 millones de euros) por mes a partir del verano, según se desprende de las actas del cónclave, publicadas este miércoles.
Durante la reunión de marzo no se tomó una decisión definitiva, solamente se examinaron las opciones sobre la mesa. Los banqueros centrales sí acordaron que, dada la situación actual, la reducción del balance debería ser más rápida que la que tuvo lugar entre 2017 y 2019.
De esta forma, la mayoría de los participantes de la reunión estuvieron de acuerdo en que sería conveniente reducir las reinversiones mensuales de los activos que venzan para que el balance se contraiga en 60.000 millones de dólares (55.066 millones de euros), en el caso de los bonos del Tesoro, y en 35.000 millones (32.122 millones de euros), en caso de las titulizaciones hipotecarias. Los banqueros centrales estuvieron de acuerdo en líneas generales en que estos límites deberían comenzar a aplicarse en los próximos tres meses, por lo que el inicio de estas reducciones podría producirse en junio o julio.